domingo, 10 de agosto de 2014

EL MITO DEL ÁGUILA Y LA SERPIENTE


Con alguna certeza, la historia de la fundación de Tenochtitlán nos fue narrada de la siguiente manera: “cuando los mexicas llegaron al centro del lago de Texcoco encontraron un águila devorando una serpiente y en este lugar fundaron la ciudad como les fue indicado por Huitzilopochtli!”, pero tal afirmación tiene mucho de distancia con la realidad.
Los mexicas fueron uno de los últimos grupos en arribar al valle de México cuando ya la mayoría de los pueblos originarios se habían asentado en las riberas del lago. Rechazados por la mayor parte de los pueblos ribereños, tuvieron una vida nómada por muchos años hasta que Tezozomoc, señor de Azcapotzalco les permitió asentarse en los islotes a fin de contar con ellos en futuras conquistas. Pasado el tiempo, los mexicas fundarían la Gran Tenochtitlan y se aliarían con Texcoco para apoderarse del control de la zona lacustre y formar al cabo de loa años, un gran imperio.
Códice Mendocino

Hacia el 1433, Izcóatl el cuarto tlatoani azteca (algunos autores sugieren que fue Tlacaelel, su cihuacóatl) ordenó la quema de los códices donde se hablaba de la penosa historia mexica y se crea a partir de entonces una “nueva historia oficial”, más heroica y divina. Existe consenso entre los investigadores acerca de que la destrucción de los libros antiguos no fue total, sino solo de algunos pasajes y hechos históricos. Lo cierto es que varios documentos y testimonios pudieron trascender a la destrucción donde se da cuenta del  mito fundacional antiguo. Así por ejemplo, fray Diego Durán, en su Historia de las Indias de la Nueva España, escribe:

Ellos viendo que todo aquello no carecía de misterio, pasaron adelante a buscar el pronóstico del águila y andando de una parte a otra, divisaron el tunal y encima de él, el águila con las alas extendidas hacia los rayos del Sol, tomando el calor y el frescor de la mañana y en las uñas tenía un pájaro muy galano de plumas preciadas y resplandecientes.

Por su parte, Fernando Alvarado Tezozomoc el noble cronista tenochca, escribe en su Crónica mexicáyotl:

Estará nuestro poblado México Tenochtitlán el lugar en que grita el águila, se despliega y come, el lugar en que nada el pez, el lugar en que es desgarrada la serpiente ….

Como es fácil inferir, en ninguno de estos documentos de los años tempranos de la Colonia se habla de un águila devorando a la serpiente. Lo mismo sucede con los testimonios gráficos y materiales que han subsistido sobre este tema, tal es el caso del teocalli de la guerra sagrada descubierto en 1926 y que hoy se exhibe en el  Museo de Antropología. Este monolito representa a un águila posada sobre un nopal con el símbolo de la guerra atl-tlachinolli. De la misma forma, el Códice Mendocino en su primera lámina, representa al águila parada sobre el nopal en medio del nahui ollin o representación de los caminos, pero no tiene nada en el pico. A su vez, el códice Durán ofrece dos versiones del símbolo, en la primera el águila sostiene a un pájaro y en la segunda, una serpiente.


El águila sobre un nopal en las ilustraciones de los Códices Tovar y Durán

¿De dónde surgió, entonces, el mito del águila y la serpiente? Todo apunta a la Tira de la peregrinación o Códice Boturini creado en la época de Izcóatl,  a partir de él, la imaginería de los frailes y cronistas, fuertemente influidos por el pensamiento religioso, van a asociar la presencia de la serpiente al símbolo del maligno y será reinterpretado el mito como el triunfo del bien sobre el mal. Para el historiador explicó el historiador Salvador Rueda Smithers: “tuvo que venir un proceso de cristianización del símbolo, ya no es el ‘diablo’ Huitzilopochtli el que guía al pueblo mexica, sino que es una suerte de dios pagano que acaba siendo simplemente un dios de relato, que señaló a los tenochcas dónde fundar su metrópoli”.


Fuentes de consulta:
Battcock, Clementina. “Acerca de las pinturas que se quemaron y la reescritura de la historia en tiempos de Itzcóatl” en Estudios de cultura náhuatl, No. 43, enero-junio de 2012, p. 95-113
INAH-CONACULTA. Águila real, símbolo vivo de México. Editorial Gaia. México, 2010. Pag. 46
Matos Moctezuma, Eduardo. “¿Vieron los mexicas al águila parada sobre el nopal?”en Arqueología Mexicana, No. 114, Vol. 119, marzo-abril 2012. Pag. 56-60.




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