Vista del Castillo de Chapultepec. México a través de los siglos. |
El aquel año, el Castillo de Chapultepec funcionaba como
bodega de pólvora y colegio militar donde estudiaban unos 70 alumnos bajo la
dirección del Gral. Monterde. De acuerdo con José de la Concha, los alumnos
recibieron la orden de evacuar el inmueble y reunirse con sus familiares,
exhortando a quienes desearan hacerlo para aprestarse a la defensa de su
escuela. Unos 50 alumnos decidieron tomar las armas mientras el resto fue
desalojado por el jardín botánico.
El asedio al castillo inició con fuego de artillería el día
12 de septiembre, concluyendo con el asalto el día 13. Cinco de los cadetes
murieron en el lugar, más el teniente Juan Escutia, recién egresado del propio
plantel.
LOS ADOLESCENTES NIÑOS
La mítica de los cadetes se inicia con la denominación de
“niños” aunque el menor de ellos estaba por cumplir los catorce años y eran con
justeza: adolescentes y jóvenes en su edad más temprana. El propio Concha cita
al historiador Juan N. Chavarri quien argumenta: “la nación nació con los Niños
Héroes de Chapultepec, porque ellos nos dieron el sentido del mexicano que ama
ante todo y primero que todo a su patria”.
EL QUE NO SE ARROJÓ CON LA BANDERA
Mural de los Niños Héroes pintado por Gabriel Flores |
Uno de los pasajes más epopéyicos de la toma del Castillo de
Chapultepec es aquel donde Juan Escutia se envuelve en la insignia patria y se
arroja al vacío para evitar que caiga en manos enemigas. El problema es que
desde el inicio no hubo consenso al respecto, en un encendido discurso
pronunciado por Manuel Raz Guzmán en 1878 se lee:
…pero tú, Melgar … rodeado de
enemigos les disparas tu arma, y no teniendo esperanza, antes que rendirte te
envuelves en el pabellón nacional y presentas tu pecho juvenil a las balas del
invasor …
¿Melgar? Bueno, sí, ya el propio Chavarri había contado que
Agustín Melgar bajó la bandera de su asta, antes de ser abatido por el invasor,
la cual fue tomada por los norteamericanos y devuelta en el sexenio de López
Portillo. El mito del cadete inmolándose en la bandera parece tener su origen
en un poema de Riva Palacio citado por los investigadores García-Fristche
¡Y uno de ellos, al bélico
conjuro
de patriótico ardor, con alma
fiera
por no rendirse se arrojó del
muro
envuelto en el honor de su
bandera!
¿Cómo se pasó de la ambigüedad a la identificación de Juan
Escutia como el cadete suicida? No lo sé, lo que sí se sabe es que Juan
Escutia, quien no era cadete sino un soldado del Batallón de San Blas, integrado
a la defensa del castillo; murió en la ladera poniente del cerro alcanzado por
una bala que al impactarlo hizo precipitar su cuerpo hacia el acantilado y
morir al impactarse contra una roca.
LOS QUE SÍ SE ENVOLVIERON EN EL LÁBARO PATRIO
La historia en cambio, recoge los hechos de dos soldados que
murieron arropados por la bandera de México en aquellos hechos de armas, el
primero es Margarito Suazo, artillero del batallón Mina, quien en la batalla
del Molino del Rey es herido y encuentra en la enfermería la bandera nacional y
la protege en su chaqueta hasta su muerte. En segundo es Santiago Xicotencatl;
en plena defensa del castillo Xicotencatl ve cómo el abanderado de su batallón
cae, presuroso se apresta a levantar el pabellón nacional pero es alcanzado por
una bala; puesto en pie nuevamente levanta el lábaro patrio y anima a los suyos
a combatir. Una segunda bala lo hace caer mortalmente herido protegiendo con su
cuerpo la enseña nacional. Moriría así, envuelto en la bandera de México y
resguardado por los efectivos de su tropa.
EL DECRETO
Alegoría del monumento en Chapultepec |
Al conmemorarse el centenario de la defensa de Chapultepec,
el presidente norteamericano Harry S. Truman, hace una visita a la ciudad de
México y deposita una ofrenda floral en el monumento a los héroes. Aquel acto
es considerado como una afrenta y los propios cadetes del H. Colegio Militar
serán los encargados de mostrar su rechazo al escarnio. Es entonces cuando
providencialmente son localizados los restos de seis personajes al pie del
cerro y por decreto emitido el 28 de octubre de 1947, por el entonces
presidente Miguel Alemán, sin existir confirmación científica de por medio que
confirme la naturaleza de las osamentas, se determina:
ARTÍCULO 1ro. _Se reconoce
oficialmente que los restos encontrados en el Bosque de Chapultepec el 25 de
marzo del corriente año, pertenecen a los que la tradición popular señala con
la designación simbólica de “Niños Héroes de Chapultepec” y deben ser
conservados como tales y guardados con los honores debidos en el monumento que
se erigirá para glorificar la memoria de los defensores de la Patria en los
años de 1846 y 1847.
El monumento en
cuestión lleva el nombre de “Altar a la Patria”, pero en el argot popular se
denomina “Monumento a los niños héroes”
Fuentes consultadas:
De la Concha, Gerardo. Los niños héroes en la historia y el mito.
Secretaría de Gobernación, México, 1994.
García Muñoz, María Elena y
Fristche Aceves, Ernesto. Los niños
héroes, de la realidad al mito. Facultad de filosofía y letras. Tesis UNAM,
1989.
Rosas, Alejandro. "Los
Niños Héroes, una historia mal contada" en revista Relatos e historias en México, México, Editorial Raíces, septiembre
2009.
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